domingo, 28 de agosto de 2011

Lágrimas de oro

La verdad es que no sabía su publicar esto, pero mira, lo he escrito a las 5 de la mañana tras volver de farra. Se pone y marcha que jode.



El título es claro, sencillo. No hace falta más explicación. Me da igual lo que podáis pensar de mí, ahora mismo tan solo tengo una cosa en mente, y es la pena que me da volverme a casa después del Agosto que he pasado aquí en Odense.  Igual alguien que lea esto piensa que soy un sensiblón o blandengue o vistebarbies, pues que le fockan. Este casi-mes no me lo quita nadie, y sinceramente, me encantaría quedarme más tiempo. He estado viviendo un mes (bueno, 3 semanas) excepcionales, con los que como digo, mi segunda familia. Ha sido algo maravilloso de lo cual estoy orgullosísimo y espero poder repetir otra vez, ya sea el verano que viene o cuando sea. Siempre será bien recibido. Al fin y al cabo, si alguien llora es por algo, y en este caso, es por algo muy muy bueno.  Como digo, dejo una familia, y también buenos amigos.

Son las 5 de la mañana (y no he dormido nada, pensando en tu belleza, loco voy a parar), y aunque parezca o no, he recibido mucho cariño aquí, y por tanto siento que dejo una familia y varios amigos. Me he sentido querido, no simplemente uno más que pasa por aquí. Me han hecho sentirme integrante de un club, lo cual, lo penséis o no, para mí es algo importante. No voy mamau, por si alguien lo quiere saber, tan sólo escribo lo que siento.

Vas por la calle llorando, lágrimas de oro, dice la canción de Manu Chao, y efectivamente, si hay algo importante que dejas atrás, son lágrimas de Oro las que caen por tu ojos, lo quieras o no, es algo inevitable, y así ha sido mi última “cabalgada” por Odense.

Volveré.




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